martes, 21 de diciembre de 2010

Rajoy en la encrucijada

Mal han asumido la aprobación de los presupuestos los dirigentes del PP, de hecho ha destrozado totalmente su estrategia que los ponía en febrero o marzo en la Moncloa. Este verano daban por consumada la no aprobación de los presupuestos y ahora tienen que adaptar su estrategia para un año y medio larguísimo. La estrategia de no decir esta boca es mía podría ser efectiva para un período de 6 meses y de hecho, seguro que habrían ganado las elecciones de haberse celebrado en febrero. Sin embargo, parece bastante arriesgado jugar al oscurantismo durante tantísimo tiempo. De modo similar a lo que pasa en el sistema financiero, pueden empezar a aparecer desconfianza o incluso rechazo a esta estrategia entre los que no sean supporters incondicionales. Dudas que se incrementarán si el gobierno es capaz de convencer a la opinión pública, como lleva intentando, de que los conservadores no constituyen una opción responsable que antepone sus pretensiones de alcanzar el poder a los intereses nacionales. Además, al margen de las caras que se les ha quedado a los socialistas con los resultados electorales en Cataluña, lo cierto es que Zapatero ha salido de allí con un descalabro y con un nuevo aliado parlamentario. Por tanto, el PP vuelve de nuevo a estar solo (¿sólo?) en el parlamento a partir de ahora. La alternativa debería ser mover ficha y pasar a ser un poco más transparente respecto a las políticas que desarrollarán si alcanzan la Moncloa, no obstante, lo único que hemos escuchado del líder del PP es que hará en España lo mismo que David Cameron en el Reino Unido, lo cual no parece una política que atraiga la simpatía de mucha gente y además contradice totalmente la bajada de impuestos que ha sido el mantra tradicional de los conservadores.